Bienvenido a mamacool.

Cuando fui madre por primera vez vi cómo de pronto mi vida empezó a girar en torno a biberones, pañales, parques…empecé a recibir por correo promociones y descuentos de todo tipo de papillas vitaminadas para cuando el niño cumpliera 3 meses, 6 meses, 9 meses…y creciera feliz, las conversaciones con mis amigas empezaban a versar alrededor de potenciales colegios, pediatras o las monadas que hacían nuestros hijos, nuestros viajes a la playa empezaron a ser todo menos glamour, cubito y palas en ristre en una mano, colchoneta en otra…atrás quedaron las conversaciones acerca del último libro que habíamos leído o la última película con más candidaturas a los Oscar, o a los Goya. Para ir a cenar tenía que consultar a mi vecino de enfrente sobre algún nuevo restaurante y las exposiciones itinerantes pasaban por España sin pena ni gloria para mi….ni qué decir de mi aspecto...hasta que un día me dije: hasta aquí he llegado. No es que reniegue de mi faceta de madre, que me encanta y con la que estoy feliz. Solamente me negué a pensar que ser madre no es compatible con seguir estando actualizada, con seguir con inquietud intelectual y cultural, con hacer planes divertidos e interesantes también (¿por qué no?) con niños, con conocer y seguir las últimas tendencias... Entender, por tanto, que ser madre te hace más completa como persona.

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